¿CONOCES EL #NETFLIXFATIGUE? (YO TAMPOCO!)

Pero seguramente habrás oído hablar de #zoomfatigue, ¿verdad? Si, esa sensación de cansancio (o tedio) que nos provoca el exceso de reuniones online en la nueva realidad…

No he podido encontrar estudios académicos al respecto (si, quizá es demasiado pronto…), pero algunos artículos de la BBC y de IDEAS.TED.COM, apuntan a dos motivos fundamentales:

  • MALOS HÁBITOS EN REUNIONES: Los problemas antiguos, en el nuevo formato: reuniones demasiado largas, sin una agenda clara o con demasiados asistentes. Esas mismas reuniones en el entorno virtual son aún menos llevaderas, porque no tienes la oportunidad de salir del despacho, tomar ese café o solucionar otras cosas aprovechando que te encuentras con tal o cual compañero. Además, la ‘inevitable tentación’ de abrir el correo u otras aplicaciones durante el meeting parece ser irresistible…

  • CAMBIOS EN EL ESTILO DE COMUNICACIÓN: Aunque resulte extraño, parece que comunicar en un entorno online no es tan sencillo. Según los expertos, hay dos aspectos que afectan de forma directa a nuestras sensaciones (y a los resultados) durante una video-conferencia:

    • MAYOR CARGA COGNITIVA: descodificar determinados códigos no verbales requiere mucho más esfuerzo en un entorno online.

    • MAYOR ESTRÉS: la sensación de ‘estar en pantalla’ y vernos simultáneamente es algo a lo que no estamos habituados, requiere otro tipo de atención, y resulta más estresante.

Es decir, no sólo necesitamos hacer reuniones más breves y efectivas: hemos de prepararnos para comunicar en un nuevo entorno. Un entorno donde la referencia de nuestra audiencia está en una pantalla, y es difícil de captar. Un entorno, además, en que nuestra forma de comunicarnos tiene reglas distintas y requiere nuevos hábitos.

Hasta ahora, crisis pandémica mediante, hemos trampeado estas cuestiones: todos estábamos en la misma situación, y todos en un mismo proceso de aprendizaje. Pero si, como parece, buena parte de esas prácticas han de quedarse, debemos sacar el máximo partido a nuestras videollamadas.  

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Nunca he oído hablar de #netflixfatigue. Y tú tampoco, ¿verdad? Porque las buenas historias no nos cansan. Más bien lo contrario: queremos volver a ellas una y otra vez, porque nos inspiran y nos conectan con nosotros mismos.

Yo creo que lo mismo pasa con la comunicación.

Porque la buena comunicación, sea en el entorno que sea, no produce cansancio ni hastío: nos inspira, contribuye a tomar mejores decisiones y nos ayuda a mantener la conexión humana ahora que estamos socialmente distanciados.

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Que los expertos hablen de #zoomfatigue es, a mi entender, una pésima noticia. No sólo indica que abusamos de las reuniones: indica que nuestras comunicaciones no conectan, que no conseguimos interesar a nuestras audiencias ni clientes, que no hablamos su mismo lenguaje, o peor aún, que no tenemos las habilidades necesarias para comunicar en esta nueva realidad.

Y es imprescindible seguir conectando con nuestros equipos. Alineando objetivos. Planteando estrategias y superando retos. De esa forma seguiremos manteniendo la confianza de nuestros clientes y colaboradores. Generando ventas, profesionalidad, posicionamiento y marca.

Si crees que puedo ayudarte, no dudes en ponerte en contacto conmigo.