QUERID@ POLÍTIC@:

No. Hoy no voy a hablarte de oratoria. O sí. Es una herramienta vital para tu trabajo. Con ella te explicas. Con ella convences. A través de ella conectas. No obstante, también nos dice quién eres. Y eso, últimamente, y siento decirlo, no es muy edificante.

Como ya sabes, la semana pasada el mundo vivió una muy mala noticia. Donald Trump (contra pronósticos, encuestas y mentes bien intencionadas) es el nuevo presidente de los EEUU.

Según los analistas, ha triunfado el outsider, la persona ajena al sistema político, que se manifiesta en contra del mismo. La primera pregunta es evidente: ¿Puede un multimillonario, que ha construido su fortuna dentro del sistema, ser considerado un outsider? Y aún más: ¿es procedente un análisis político, desde las instituciones mediáticas? Trump ha vencido en contra de toda esa lógica; y deberíamos, por tanto, analizar el fenómeno desde otro prisma. Pensarlo diferente.

Todo el mundo parece convenir, no obstante, en que semejante anomalía es fruto de la desafección política. Y por eso te escribo. Porque la política nos decepciona. A nosotros. A los ciudadanos. Y está muy lejos de conectar con la realidad: de hacernos creer siquiera que puede solucionar nuestros problemas.

Vivimos otras manifestaciones de ello, mucho más cercanas. En las últimas elecciones en España, triunfó el ‘virgencita, virgencita, que me quede como estoy’. En las últimas en Catalunya (donde resido), pasó algo diferente, pero que proviene de la misma desconfianza: la idea que inspira al votante es la salida del sistema actual (en este caso, del estado español). Y por último, en EUA, el tema que nos ocupa, parece haberse impuesto el ‘lo que sea, mientras que no sea lo mismo’. Tristes escenarios, ¿no crees? Tristes objetivos para llevarnos ante las urnas.

ESTAMOS HABLANDO DE NECESIDADES

  • Necesitamos, nosotros, los ciudadanos, un nuevo mensaje. No puedes dejarnos votar por más tiempo con semejantes premisas. Necesitamos creer en ti. En propuestas plausibles, realistas, creíbles. Quizá no todas serán de nuestro agrado. Pero no intentes dorarnos la píldora: somos mayorcitos.
  • Necesitamos ideas que nos inspiren; que nos seduzcan; con las que podamos conectar.
  • Necesitamos confiar. Creer. Necesitamos transparencia. Las cuentas claras, y tus bolsillos limpios de polvo y paja (ya sabes de qué te hablo).

TRUMP Y LAS MALAS NOTÍCIAS

Obama se equivocó. Y es triste y poco edificante que la política pase por estos momentos, porque lo que pasa en política, importa. Dos simples cuestiones:

  •          ¿Puede el gobierno del país más influyente del mundo estar en manos de alguien que cree que el cambio climático es -literalmente-un cuento chino?
  •          ¿Puede el gobierno del país más influyente del mundo estar en manos de alguien cuya propuesta estrella en política exterior es la construcción de un muro?

Ya veremos. Pero puedes intuir que no soy optimista.

Una persona cercana, conocedora de la realidad política en ayuntamientos e instituciones locales, me confesaba hace poco que en política triunfan los mediocres. Que las personas con ideas y las personas destacables, que aportan, con deseos auténticos y proyectos nuevos, son rápidamente domados o expulsados del sistema.

Sé que eso no te pone las cosas fáciles. Pero necesitamos, una vez más, de ti. Y de una nueva forma de pensarlo.

Las personas se reinventan. Las empresas y las ONGs se transforman. El mundo es nuevo, y cambia cada poco tiempo. Por eso también necesitamos que tú cambies. Que salgas de la zona de seguridad. Que busques un mensaje REAL (posible, y que parta de la realidad), y que lo compartas con personas REALES (que viven esa realidad).

Donald Trump será un síntoma, o será un cáncer. Pero dudo mucho que sea la cura para un mundo complejo y tan necesitado de la política en mayúsculas como el nuestro.

Por eso necesitamos que seas valiente, generos@, honest@ y humilde. Y hoy por hoy, la política y la honestidad, la política y la valentía, la política y la generosidad y la política y la humildad nos parecen conceptos contradictorios.

Está en tus manos cambiar esa idea.

Gracias por tu tiempo.