5 BUENOS MOTIVOS PARA UN ENSAYO

 Un concepto tan claro, tan fundamental, tan básico en el teatro como son los ensayos, se convierte en ciencia ficción cuando hablamos de presentaciones. ¿Evitas ensayar tu presentación por pudor, o por evitación? Foto: Stefan Vogt.

Sospecho que los motivos fundamentales son el pudor (nos da vergüenza ensayar una presentación, nos sentimos ridículos) y la evitación (preferimos no ensayarlas, a hacerlo y darnos cuenta de que no estamos preparados).

Ahí van unos cuantos buenos motivos para dejar el pudor a un lado y coger el toro por los cuernos:

MEJORAR TU PRESENTACIÓN

Ese es el principal objetivo de un ensayo. Por buena que sea, y por tiempo que hayas dedicado a su preparación, los ensayos te servirán para mejorar infinitamente.

Hay dos razones fundamentales para ello: la repetición (que te hará ganar una enorme confianza) y el entrenamiento (que te dará fluidez). Dos conceptos más que deseables cuando estés en escena. A mí me encanta la idea de entrenar, si, como los atletas… ¿O piensas que Usain Bolt no ha “ensayado” millones de veces la salida de los 100mts?

VERIFICAR EL RECORRIDO

Ensayar es poner a prueba el material diseñado. Un ensayo no es más que llevar a la práctica la preparación teórica: ¿Funcionan las ideas que quiero transmitir? ¿Tienen lógica? ¿Cumplen su función? ¿Falta o sobra algo? ¿Se entiende como quiero?

Los ensayos son oportunidades para enfrentarte cara a cara con tu material. Y verás que muchas ideas que te parecen brillantes delante del ordenador no lo son tanto (o son directamente terribles) cuando pasas a explicarlas. Nada revelará tan claramente la eficacia de tu material como ensayarlo. Una auténtica “prueba del 15” para saber si la presentación va por buen camino.

El ensayo te dará seguridad y fluidez. Foto: Bob Smith.

DECIRLO EN VOZ ALTA

¡Siempre sorprende! Explicar en voz alta un material virgen (algo que nunca se ha explicado antes de esa forma) también será nuevo para tí. Oír tu propia voz proyectada, y ver cómo se comporta tu comunicación no verbal siempre va a ser una pequeña/gran sorpresa. Y esa sorpresa puede irte a favor… o no. Quizás haga que te sientas seguro y tu comunicación gane enteros, o quizás haga que empieces a juzgarte y pierdas credibilidad. ¿De verdad quieres esperar al día D para comprobar si reaccionas de una forma o de otra?

GANAR COMODIDAD Y EFICACIA

Como decía, debes entender los ensayos como un entrenamiento. Cuando alguien no está habituado a ensayar, acostumbra a aburrirse de repetir dos (o más) veces lo mismo. No caigas en ese error. Si repites por repetir, y no evolucionas, no estás ensayando: estás perdiendo el tiempo.

Los ensayos han de servirte para mejorar y debes estar atento: ¿Funciona el principio? ¿El final? ¿Funcionan los enlaces? ¿La entrada al vídeo? ¿La transición a tal o cual dato o cita?

No podemos considerar la simple repetición como un ensayo. Ensayar adecuadamente implica analizar los errores para mejorarlos. Eso hará que necesites desdoblarte: estar atento a lo que haces, y observar desde fuera el resultado. Por complejo que pueda parecer, ese desdoblamiento no debe preocuparte: todos somos expertos en juzgarnos a nosotros mismos. No te costará nada observarte desde fuera si pones un poco de atención.

ENCONTRAR UN ESPACIO MENTAL Y DE TRABAJO

Encuentra un espacio mental y de trabajo para los ensayos. Foto: pacodelucia.org

No me cansaré nunca de repetir que una buena presentación requiere un montón de trabajo. Y cuanto más importante sea, más tiempo necesitas dedicarle. Y encontrar el espacio de tiempo necesario para tus ensayos, va a ayudarte a centrarte en toda tu presentación.

Preparar el material, ordenar las ideas, preparar los gráficos… Todo el trabajo que hagas delante del ordenador vas a verte obligado a simultanearlo: a hacerlo mientras respondes mails, preparas otros documentos, atiendes al teléfono o recibes pedidos. Es nuestro estilo de vida. Es extraordinariamente complejo salir de esa dinámica, y más aún cuando estás delante del teclado.

Por eso, los ensayos van a ser los únicos momentos que te dediques única y exclusivamente a tu presentación. Un buen ensayo debe realizarse en solitario, en voz alta y reproduciendo con el máximo de fidelidad lo que harás el día D. Y eso no puede simultanearse con ninguna otra cosa: por eso te aconsejo vivamente que los hagas. Ésa dedicación exclusiva, la capacidad de concentración y de atención que requiere, es lo que más va a ayudarte a mantener la concentración y la atención el día de la presentación.

Y ésa será la mejor forma de conseguir tus objetivos cuando la realices.

“A más ver…”